ANDARÉ LOS CAMINOS Andaré los caminos buscando el horizonte que me indicara mi padre en las noches de aquel pueblo perdido en la cordillera de Los Andes, en las noches de leña ardiendo, de frío, nieve y chocolate. Andaré tantos caminos buscando mi vida, mis afanes se multiplicarán día tras día y pasaré los años andando distancias y a cada paso lloraré tu ausencia. Pero llegará el día, ya gastado el camino, de dar la vuelta, de mirar al sur de nuevo y regresar a tu lado, a descansar los años bajo tu cielo, a dormir las siestas mecida en tus olas, a oler tu mar en las tardes de julio cuando el frío corta el rostro y la cruz del sur cubre tu cuerpo de mesetas y el viento acaricia tu cintura de acantilados. Llegará el día de recostarme de nuevo en el calor de tus doradas dunas con los ojos abiertos al cielo de enero, apretando en mis manos puñados de arena, acariciando mis pies el oleaje de espuma. Entonces, cuando salga la luna y el mar sereno refleje tu silueta iluminada y los barcos detenidos en tu noche me inviten a quedarme a la vera de tu costa, y las estrellas dancen a lo lejos al compás de un coro de gaviotas, entonces te daré mi corazón y se detendrá en vos, pueblo mío, para siempre, en silencio, dormido.