La operación, ya confirmada, es una adquisición completa que convierte a Didi Chuxing en un auténtico monopolio de facto, con una valoración que asciende a unos $35,000 millones, lo que hace que la salida de Uber no sea mala: tras perder dos mil millones de dólares intentando consolidar su posición en el país mediante promociones agresivas, obtiene una participación valorada en unos siete mil. En el tiempo que Uber estuvo intentando penetrar el mercado chino, logró a duras penas consolidar su presencia en sesenta ciudades, mientras la compañía china estaba presente en más de cuatrocientas. La app de Uber seguirá funcionando en China, posiblemente debido al interés de la compañía en captar a usuarios internacionales que lleguen al país con la app de Uber instalada en sus smartphones, pero el funcionamiento se integrará con el de Didi Chuxing.